sábado, 15 de diciembre de 2018

SOBRE EL ORDEN BIOPOLÍTICO

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Reseña 

( Publicada en DORSAL. Revista de estudios foucaultianos ) número 5.

Escrita por Luis Roca Jusmet

El ORDEN BIOPOLÍTICO. VICENTE SERRANO MARÍN, BARCELONA, EL VIEJO TOPO, 2017

 Vicente Serrano Marín es un filósofo y ensayista que el año 2011 ganó el Premio de Ensayo Anagrama con su libro La herida de Spinoza. Felicidad y política en la vida posmoderna. Tanto el libro citado como el que nos ocupa podemos enmarcarlos en lo que Michel Foucault llamaba la ontología del presente. Se trata de entender esta etapa tardía de la modernidad que hemos convenido en llamar postmodernidad construyendo, por utilizar la metáfora foucaultiana, una caja de herramientas que nos permitan abordarla de una manera novedosa. Para ello utilizamos una serie de conceptos clave, como el de biopolítica o el de gubernamentalidad , tremendamente fecundos para aproximarnos al complejo mundo en que vivimos. Lo que nos propone Serrano es algo ambicioso: actualizar el proyecto ético-político de la ilustración. Para ello plantea seguir a Foucault en su recuperación de Nietzsche y de Baudelaire, que nos permiten ampliar el horizonte de Marx, que en una línea argumental muy concreta se había olvidado una parte de lo natural : los afectos. Y en este abordaje del mundo de los afectos Vicente Serrano vuelve a su querido Spinoza. Un Spinoza que es el que inicia el camino que el autor quiere seguir, que es la crítica al sujeto metafísico. Esto le permitirá articular una propuesta de raíz foucaultiana, que es la creación de un sujeto ético desde la ascética y la estética,
capaz de resistirse a los estados de dominación que se quieren imponer desde las redes del poder.
 La biopolítica nos permite entender las formas de domino de un poder pastoral que ha trascendido su origen cristiano y se mantiene en una modernidad liberal constituida por el conjunto de técnicas y de prácticas que Foucault llama gubernamentalidad . Pasamos del poder disciplinario sobre los cuerpos (que tan brillantemente Foucault había analizado en Vigilar y castigar ) al control sobre el conjunto estadísitico de la población ( concepto clave de la modernidad). Diversas variables son reguladas en este proceso: fecundidad, natalidad, epidemias, longevidad, mortandad... Es interesante que el germen de la gubernamentalidad lo localiza Foucault en tres fenómenos contingentes que acaban convergiendo en el siglo XVIII: la medicina legal inglesa, la urbanización parisina y la medicina estatal alemana. De esta forma argumentará que, en contra del tópico, no es la medicina privada sino la pública la que está en los albores del capitalismo moderno. Lo que se trata es de formar cuerpos sometidos y productivos. El poder biopolítico es un "hacer vivir y dejar morir", en contra del poder soberano que "dejaba vivir y hacía morir (al que no se sometía a este poder". Los mecanismos de sometimiento de la sociedad moderna son heterogéneos, desde los disciplinarios hasta los del control. El utilitarismo y el pragmatismo son los imperativos invisibles del liberalismo, basado en el individualismo metodológico y antropológico. Está también fundamentado en el modelo de la seguridad garantizado por el Estado. Hay una combinación de gestión de las poblaciones a nivel colectivo con el poder pastoral que se ejerce a nivel individual, sobre "el rebaño y la oveja" (" omnes et singulatium" expresa Foucault recogiendo la expresión latina). Hay un análisis final, muy sugerente, en el que Vicente Serrano analiza la combinación de este individualismo con la cultura de masas, que aparecen como las dos caras de la misma moneda. Hay referencias a Le Bon y a Freud en el estudio de la psicología de masas y Serrano analiza de manera sugerente el papel de los movimientos revolucionarios y reaccionarios en este siglo XX, cuyo gran acontecimiento es precisamente el de la aparición de las masas. Señala que la historia nos enseña que estos movimientos crean un estado de dominación similar al anterior porque no cambian las estructuras de poder. 

jueves, 28 de junio de 2018

MICHEL FOUCAULT : PARA TODOS Y PARA CADA UNO



Escrito por Luis Roca Jusmet




"Omnes et singularum.Hacia una crítica de la razón política" es un breve y denso texto de Foucault que transcribe textualmente, en inglés, dos conferencias que dió Michel Foucault en Vermont los días 10 y 16 de octubre de 1979. la traducción española la encontramos en un librito publicado en la colección ICE/Paidós en 1990 ( Tecnología del yo y otros textos afines).
1979 es una año importante para Foucault. Es un momento crítico en el que se replantea su trabajo y sus posiciones políticas. Corresponde al desarrollo de su seminario en el Collège de France titulado "Del gobierno de los vivos". Están pendientes los volúmenes 2 y 3 de la historia de la sexualidad. Está a punto de iniciarse la última etapa de Foucault, que acabará con su muerte en verano de 1984. En este tiempo Foucault acababa de dar los seminarios "Hay que defender la sociedad" ( 1975-6), "Seguridad, territorio y población" (1977-8) y "El nacimiento de la biopolítica" ( 1978-9), que ponen de manifiesto sus estudios sobre la macrofísica del poder después de sus análisis de la microfísica del poder. Son una reflexión sobre el poder del Estado en la sociedad moderna. Estado que será el propio de la sociedad liberal y que no puede entenderse solo en términos de poder disciplinario.
El título, en latín, hace referencia al poder sobre todos y sobre cada uno. Es decir, al poder sobre cada individuo y sobre el conjunto social. Este poder es el del Estado-Providencia, confluencia y ajuste del poder pastoral y de la racionalidad del poder estatal. Preguntas ¿ Qué quiere decir poder ? ¿ Qué quiere decir poder pastoral ? ¿ Qué quiere decir racionalidad política ?.

DE LA SOCIEDAD DISCIPLINARIA A LA SOCIEDAD DEL CONTROL

 
  

Escrito por Luis Roca jusmet

 Al final de su vida, en 1990, Gilles Deleuze escribió un breve y lúcido texto llamado "Post-scriptum sobre las sociedades de control". La idea básica es que hemos pasado de sociedades disciplinarias a sociedades de control. Su amigo Michel Foucault había descrito muy bien estas sociedades disciplinarias, que habían aparecido en el Siglo XVIII y XIX. Eran sociedades basado en la vigilancia y el castigo a través del encierro : la família, la escuela, la fábrica, el ejército. Para Foucault eran la continuación de las sociedades soberanas, donde el poder era del señor y lo imponía por la fuerza. Pero el mismo Foucault ya empezó a desarrollar en sus últimos seminarios esta idea de sociedades de control. En Gran Bretaña, unos sociólogos ingleses, cuyo representante más importante es Nikolas Rose, han elaborado brillantes trabajos en esta líneas.

   Deleuze hace una historia de la transición sobre el paso de la sociedad disciplinaria a la sociedad de control.
 Señala, de entrada, que de lo que está hablando es de lo que ocurre en la sociedad moderna, es decir, capitalista y que afecta a una cuarta parte de la población. El resto ni es disciplinado/encerrado ni es controlado. Sobrevive, si puede, frente a la violencia de los poderosos. 
 La soberanía del señor, la disciplina del padre/empresario/profesor/jefe pueden ser más o menos duros pero todas son formas de dominio. Utilizo aquí la palabra dominio y no la de  poder, siguiendo en esto el planteamiento del último Foucault respecto a las relaciones de poder. Foucault se pasó buena parte de su vida analizando el poder como relación en los diversos ámbitos de la sociedad. Al final reconoció que el poder estaba en todas partes y queno era necesariamente malo. Planteó entonces que sí lo era cuando se transformaba en relación de poder que tenía un sentido absoluto porque establecía una jerarquía cerrada. 

LAS REDES DEL PODER




Escrito por Luis Roca Jusmet

El año 1976 Michel Foucaut da una conferencia en la facultad de Filosofía de Bahía, en Brasil, que titulo Les maillons du pouvoir, que quiere decir literalmente las mallas del poder. Es un texto interesante porque el filósofo francés está totalmente inmerso en la problemática del poder y a punto de desplazar sus problemáticas de estudio del micropoder al macropoder. La conferencia, que fue publicada el año 1981, formula, por una parte, la concepción global del poder que Foucault siempre mantuvo, y por otra recapitula sobre sus estudios de micropoder ( hospitales, ejército, escuela, prisiones). Es también el momento en que ampliará su análisis de la sociedad disciplinaria a otros mecanismos más indirectos de la sociedad moderna.
Hay en el texto una primera reflexión sobre la insuficiencia de la concepción del poder en la tradición occidental. La empieza con el psicoanálisis y la dicotomía establecida por Freud entre instinto/cultura. La cultura tiene así un aspecto represivo que limitará y descabezará el impulso instintivo. Foucault reconoce que algunos psicoanalistas posteriores ( Klein,Winnicott, Lacan) han enriquecido y matizado mejor la cuestión, al entender la represión como un mecanismo de la pulsión y que de la carencia que produce aparecerá la falta que dará origen al deseo. El deseo será entonces un producto de la represión. La misma pulsión será el resultado de la interacción entre el cuerpo y la ley. Pero así y todo lo que se modifica es la concepción del deseo, no la del poder. El poder sigue vinculado a la fuerza negativa de la ley. El poder es jurídico, es obligación o prohibición, que ejerce alguien, que pertenece a alguien. Los estudios etológicos también contribuyen a esta idea, sobre todo a partir del axioma de Levi-Strauss de que la cultura aparece a partir de la prohibición del incesto. Foucault señala que, de todas formas, nuevos antropólogos como Pierre Clastres abren otros horizontes.

LA BIOPOLÍTICA Y LA NOCIÓN DE "PERSONA"


Reseña de
El dispositivo de la persona
Roberto Expósito
( Traducción de Heber Cardoso)
Buenos Aires, 2011


  Escrito por Luis Roca Jusmet

Roberto Expósito, poco conocido en nuestro país, es un filósofo italiano que me parece muy interesante. Poco a poco se van traduciendo al español sus libros, no por voluntad de nuestras editoriales sino por iniciativa. Profesor de Historia de las Doctrinas Políticas y Filosofía Moral en Nápoles puede considerarse uno de los que han desarrollado de una manera más fecunda el concepto de la biopolítica. Influenciado por Foucault pero no seguidor suyo, como corresponde a un pensador que piensa por sí mismo y que no es seguidor de nadie. El libro que nos ocupa es breve pero muy denso. Es un libro de filosofía, que el autor define como el desmontaje de las opiniones corrientes. La filosofía tiene entonces una función crítica, una interrogación radical sobre lo que aparece como evidente, como familiar. Estaría, por tanto, dentro de lo que puede entenderse como un trabajo sobre los significados de las palabras, es decir conceptos. Como ya señaló de una manera muy acertada Gilles Deleuze la filosofía no formula proposiciones sino que es creadora de conceptos. Se trata de analizar y de transformar los conceptos existentes en la medida que cada concepto es una determinada manera de organizar nuestra percepción, comprensión y valoración de las cosas. Roberto Expósito se dedica, en los dos artículos que contiene el libro ( "Biopolítica y filosofía de lo impersonal" y "el dispositivo de la persona") a elaborar una genealogía de esta noción.


MICHEL FOUCAULT : EL PSICOANÁLISIS Y EL PODER PASTORAL




Escrito por Luis Roca Jusmet

 La entrevista que aparece aquí es del año 1965. En los años 60 Foucault mantiene una posición ambigua sobre el psicoanálisis. Según parece ha asistido a algunos seminarios de Lacan y ha escrito un texto llamado Marx, Nietzsche, Freud en el que señala que los maestros de la sospecha han sido capaces de abrir un nuevo sentido de la hermenéutica, en la que los textos no tienen una interpretación última. Al mismo tiempo, en Las palabras y las cosas y la Arqueología del saber había saludado el psicoanálisis por su descubrimiento del inconsciente y con ello su descentramiento del sujeto. En este sentido estaba en la línea de su crítica a la filosofía del sujeto y al humanismo. Pero en Historia del a locura en la época clásica y en El nacimiento de la clínica incluye el psicoanálisis como una mirada médica que quiere entender lo universal a partir de lo singular, a partir de los signos que este manifiesta. O viceversa, claro, entender lo singular desde lo universal. Es decir al enfermo desde la enfermedad, de la cual solo sabe el médico. El paciente es despojado totalmente de su saber sobre la enfermedad. Y dentro de la psiquiatría sitúa al psicoanálisis como uno de los tratamientos morales de la locura que se instauran a partir del siglo XIX, una vez que el loco representa la sinrazón y su única verdad se manifiesta excepcionalmente en el arte trágico : Nietzsche, Holderlin, Van Gogh, Artaud, en forma sacrificial.
 En los años 70 su genealogía del poder orienta su visión del psicoanálisis en su sentido más crítico. En la primera mitad lo vinculará al poder disciplinario en el sentido deleuziano del antiedipo. El Edipo como discurso que vincula el placer al deseo sexual y éste a la ley. Discurso que sexualizará al sujeto y planteará que lo que le define es algo secreto, reprimido. De esta manera se somete jerárquicamente al poder del analista, cuya eficacia depende de la fe del analizado, con lo cual su eficacia es simbólica, como la del chamán. Posteriormente con su concepción de la biopolítica, a finales de los 70, elaborará su concepción del poder pastoral. Este poder es el del pastor sobre el rebaño, que los trata a todos en general y a cada uno en particular, se someten a su obediencia y a su penitencia a través de la confesión. El poder pastoral cristiano incorpora la verdad a su lógica de manera dobre : hay que aceptar la verdad dogmática y hay que decir la verdad. Es la confesión del pecado la que está en su base. Foucault apuntará a que el psicoanálisis está ligado a esta manera como el cristianismo incorpora el autoexamen y la confesión.
 Pero la concepción del psicoanálisis queda marcada en el primer volumen de su Historia de la sexualidad, "La voluntad de saber", que quiere ser, en cierta manera, un inicio de esta arqueología del psicoanálisis en el marco de su genealogía del yo moderno. El psicoanálisis ensamblará el discurso ceintífico sobre la sexualidad, es decir la verdad sobre la sexualidad, con la obligación de decir la verdad sobre uno mismo, que es finalmente lo que determina su deseo sexual reprimido. es la constitución de un sujeto del deseo sexual contra los placer del cuerpo. Esta concepción psicoanalítica impide el establecimiento de este sujeto ético como práctica de la libertad que defenderá Foucault al final de su vida. Es la hermenéutica del sujeto que nos lleva a descubrir lo que somos, el fondo de nuestro deseo sexual, y no el sujeto épico inventado para regular el propio placer,que plantea Foucault. El psicoanálisis se convierte así en una técnica del control del yo basado en la confesión. El analista será aquel capaz de eliminar, a través de su técnica, el efecto patógeno de la represión. Formara parte del dispositivo de las practicas discursivas y no discursivas basadas en una concepción del sujeto sometido a un deseo que a su vez está sometido a la ley.
 Llegamos a la conclusión de que la posición de Foucault respecto al psicoanálisis no es, finalmente ambigua sino claramente crítica. En sus tres últimos cursos solamente citará a Lacan en el primero, "La hermenéutica del sujeto". Reconocerá a Lacan ser una excepción al ser el único que se plantea, desde Freud, la relación entre sujeto y verdad. Dice que únicamente es él y Heidegger los que lo hacen en el siglo XX y que Foucault se decanta más por el camino que apunta Heidegger que no el de Lacan. Pero que Lacan es capaz de entender el precio que el sujeto paga por la verdad.
En este sentido podríamos decir que aunque Foucault denuncia el psiconanálisis como un discurso y una p´ractica de normalización que somete al sujeto, no por ello deja de respetar a Freud y a Lacan.

lunes, 26 de febrero de 2018

EL NUEVO PODER PASTORAL : EL ENEAGRAMA


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 Escrito por Luis Roca Jusmet

¿ Qué es el eneagrama ? A la mayoría ni le suena, otros lo utilizan y algunos lo veneran. Expliquemos un poco su origen, su discurso y su práctica. El origen es mítico, lo cual ya levanta cierta sospecha : procede. Dicen, del sufismo a través de Gurdieff. Para los que no lo conocen Gurdieff es un supuesto maestro espiritual, ruso, que pretende haber entrado en contacto con diversas tradiciones esotéricas. Tiene escritos bastantes libros, algunos por él mismo y otros por un discípulo suyo llamado Oupenski. Sus afirmaciones son bastante enigmáticas. Hablan de una transformación radical a partir de un trabajo interno. Gurdieff funda una secta de seguidores que lo siguen ciegamente. El eneagrama es una figura de nueve puntas que Gurdieff utiliza en sentido esotérico. 
A todo esto aparece un tal Oscar Ichazo que dice haber aprendido estas técnicas secretas y formula un eneagrama de la personalidad. Este eneagrama es una figura de nueve tipologías que se relacionan entre sí de una determinada manera. Funda una escuela. Pero será Claudio Naranjo, psiquiatra chileno, el encargado de difundir por EEUU, America Latina y Europa este sistema. Naranjo procedía de la Escuela de la Gestalt, una variante de la psicología humanista, que combinaba con un eclecticismo muy al gusto de la New Age.
En todo caso asume un papel de Maestro espiritual que, debido a su carisma, atraerá a muchos discípulos. Don Riso y Helen Palmer serán dos de sus discípulos que intentan difundir una versión propia, menos espiritualizada, más práctica del sistema. Lo más curioso es que está siendo utilizado por múltiples organizaciones, desde el departamento de recursos humanos de multinacionales hasta los jesuitas. Incluso, por dar un ejemplo, el eneagrama fue utilizado en profundidad en cursos para profesores organizados por el Departament d´Educació de la Generalitat de Catalunya. Hay gran cantidad de libros sobre el tema, se hacen múltiples cursos, seminarios y talleres y tiene en la clase media globalizada un público creciente e incondicional.
Desde un punto de vista sociológico la explicación es clara. Como ha señalada la brillante socióloga Eva Illouz domina cada vez más dominada por el discurso psicológica. Cuando se corroe el carácter como dimensión social , como dice otro el otro gran sociólogo que es Richard Sennet, se busca en la personalidad individual la manera de afirmarse. Uno se busca a sí mismo y no obtiene en la psicología institucional la manera de hacerlo. La estadística, la neurofisiología, el conductismo , ni siquiera el cognitivismo valen para esta búsqueda interna. Queda el psicoanálisis pero es caro, largo y nos enfrenta al inconsciente. En general se busca algo más rápido, más gratificante. Si seguimos a Lacan, que me parece muy certero, podríamos afirmar que se busca una satisfacción narcisista. No es el Ello al que nos enfrenta al psicoanálisis. Es el yo que busca una identificación imaginaria. Y el eneagrama la da. Formula nueve tipologías y cada una tiene un número. Soy un 1, soy un 5 o soy un 8, dicen los sorprendidos participantes. Buscan en los afines que han descubierto una identidad, también imaginaria, de grupo. Y tienen además un camino marcado porque el eneagrama establece una relación entre todos los tipos, una que va hacia el progreso y otra a la deriva. Si eres un 8 debes ir hacia el 4 no hacia el 5. Tenemos entonces un mapa, un camino marcado de salvación. Descubierto el pecado hay un camino de redención. Tenemos una buena base cultural cristiana que permanece latente y que soporte, aunque sea inconsciente, a estos planteamientos.
He de reconocer que el sistema es ingenioso y que recupera algo perdido por esta pseudociencia que es la psicología. Me refiero a la teoría de las pasiones. No nos engañemos: la psicología no es una ciencia, es un arte. Lo reconoce uno de los mejores psiquiatras españoles que han existido, Carlos Castilla del Pino. Las neurociencias sí son consistentes, si prueban lo que dicen. Pero toda esta ideología de la adaptación de base cognitivo-conductista no tiene nada de científica. Ya nos lo advirtió uno de los grandes filósofos de la ciencia, Georges Cangelheim, maestro de Foucault. Hay también la psicología humanista del crecimiento, que se somete a un ideal imposible de salud mental y realización. Todo ideología, nada es científico. Queda el psicoanálisis, que es algo serio. No es ni ciencia ni filosofía pero tampoco es ideología. Queda para otra reflexión su análisis crítico pero merece todos mis respetos, aunque no mi devoción.
La psicología intuitiva tiene su mejor expresión en algunos filósofos y escritores. De estos últimos podemos citar a Cervantes, Shakespeare, Stendhal entre los filósofos podríamos citar desde Aristóteles a Nietzsche pasando por Tomás de Aquino. Pero destaca sobre todo el gran Spinoza con su teoría de las pasiones. Los teóricos del Eneagrama recogen algo de esta sabiduría al señalar las nueve pasiones fundamentales. Estas serían la ira, el orgullo, la vanidad, la envidia, la avaricia, el miedo, la gula, la venganza o lujuria ( que las asimila de una manera confusa) y la pereza. Estas pasiones existen y estructuran hábitos y actitudes. Que cada una configure una personalidad es más discutible. ¿ Existen las personalidades ? Esto nos lleva a la diferencia entre conceptos de base más realista y más nominalista. Un concepto de base realista sería el de ser humano, ya nos basamos en una diferencia biológica real que marca las diferencias interespecíficas. Uno más nominalista es el de personalidad o carácter, que se basa en una clasificación que acordamos, pero que no por esto es arbitraria. Todas las clasificaciones son discutibles pero si están bien pensadas tienen una base real porque se basan en una criterio existente. Por ejemplo la de Jung entre introvertido y extrovertido. O el mismo Freud cuando habla del carácter narcisista, el obsesivo y el dependiente. En este sentido la clasificación del eneagrama sería aceptable con una condiciones. La primera es que sirva para orientar pero no para clasificar. La segunda es que se relativizara y aceptara los tipos mixtos, ya que de otra forma adaptamos los hechos singulares a la doctrina y no al revés. La tercera es que nos olvidemos todas las subdivisiones. Por ejemplo Claudio Naranjo establece de una manera gratuita que hay en cada uno una versión social, una sexual y una conservadora. Son tres criterios poco consistentes que le llevan a forzar todo el sistema. De esta manera no solo clasificamos sino que adecuamos la realidad a lo apriorístico de la teoría. La tercera es que nos olvidemos de todo el sistema de relación entre avances y retrocesos porque nos sometemos a, como diría Lacan, el discurso del Amo. Esto es, en definitiva, lo que hace el Eneagrama, un discurso del Amo al que someternos. Perder lo más singular, lo más propio del deseo para no enfrentarnos a la angustia. De esta manera la identificación imaginaria nos salva de la angustia renunciando a lo que somos. Ni más ni menos.