miércoles, 29 de abril de 2020

BIOPOLÍTCA Y CORONAVIRUS

Coronavirus | "Un enemigo increíblemente astuto": por qué el virus ...

Escrito por Luis Roca Jusmet

  Nuestro imaginario sobre la muerte ( me refiero al de las sociedades liberales occidentales) contemplaba varios aspectos. Por un lado la muerte desaparece de la vida social. Todos los rituales que rodeaban el hecho de la muerte en las sociedades tradicionales desaparecen en la sociedad moderna. La muerte no se imagina como un tránsito a otro estado. Esto significa que la muerte ya no puede ser imaginada en positivo, como un hecho. La muerte es el final y solo es imaginada por los que quedan vivos. Imaginada en un sentido muy preciso, que es que la persona muerta es un cuerpo inerte, pura materia sin vida ni espíritu. El muerto ya no es nada y solo permanece en el recuerdo. Se cumple la propuesta de Epicuro: no morimos porque ya no somos sujetos, ya no existimos. De esto ya se ha hablado y no voy ahora a profundizar.
 En lo que sí voy a entrar es en el imaginario sobre las causas de nuestra muerte, entendida pura y exclusivamente como un hecho biológico. Cada vez más la muerte se entiende como algo que depende de causas internas, exceptuando el caso de las guerras. Aunque hay muchas muertes que dependen de accidentes de tráfico esto se vive como algo excepcional, como mala suerte. Pero las causas principales de la muerte en nuestras sociedades son ( y esto está muy presente en nuestro imaginario) el cáncer y las enfermedades coronarias. Y está presente que esto es una combinación de causas genéticas, ambientales y hábitos personales. Lo genético es involuntario pero propio, los hábitos son propios e involuntarios. Y lo ambiental es un problema social difuso. Pero a partir de ahora en nuestro imaginario la causa de nuestra muerte es un mal encuentro con el otro. El otro, el semejante, como portador de lo mortífero, Y no solo esto sino que es un encuentro imprevisto. El cáncer es un proceso. Un infanto de miocardio es repentino pero se supone que el que lo padece ya conoce los factores de riesgo. 
 ¿ Qué significa esto ? Que si el cáncer y el infarto depende, en parte del azar ( lotería genética) y en parte de uno mismo ( hábitos) el contagio por el coronavirus depende de un mal encuentro, que es una cuestión de azar, y de la propia responsabilidad. La diferencia es que en el cáncer y en las enfermedades coronarias se da más peso a lo genético ( azar, mala suerte)  y menos a la responsabilidad. Pero lo que ocurre ahora es que uno se va volviendo cada vez más responsable de este mal encuentro,¡, que debe evitar. 
 Todo esto tiene dos caras. Por una parte podemos considerar que hacernos responsables de nuestra salud es hacernos más responsables de nuestra vida, por tanto más emancipados. Pero por otra puede ser vampirizado por la ideología liberal que hace recaer en cada individuo toda la responsabilidad de su vida. Es decir : gestiona bien tus recursos como si fueras una empresa. Si pìerdes, la responsabilidad es tuya. ¿ Puede dar el acontecimiento que estamos viviendo un nuevo salto a la biopolítica ? : Administra bien tus contactos porque de ellos depende tu salud y tu enfermedad.

miércoles, 15 de abril de 2020

BIOPOLÍTICA Y CONFINAMIENTO



Apocalipsis, biopolítica y estado destituyente: la precarización ...

Escrito por Luis Roca Jusmet

El término “biopolítica” está de moda y se ha convertido en un tópico. Cuando esto sucede los términos pierden operatividad. Pero la aparición del coronavirus, la calificación mundial de  pandemia y las políticas puesta en marcha por los gobiernos vuelven a dar actualidad a este término.
 Repasemos un momento su significado. Lo introduce Michel Foucault en 1975-6 en su curso del Collège de France “Defender la sociedad” y en el primer volumen (“La voluntad de saber”) de su “Historia de la sexualidad”. Pero donde realmente profundiza en su significado es en los cursos de 1977-8 “Seguridad, territorio, población” y el de 1978-9 “El nacimiento de la biopolítica”. Posteriormente lo trabajaran de una forma más especulativa filósofos como Giorgio Agamben y Roberto Expósito y de una forma más empírica el sociólogo Nikolas Rose.
  La definición que da Foucault de biopolítica o biopoder en la primera clase de su curso “Seguridad, territorio, población”: “Conjunto de mecanismos por medio de los cuales aquello que, en la especie humana, constituye sus rasgos biológicos fundamentales pasa a ser parte de una estrategia política en la sociedad occidental. Estrategia política es estrategia de poder porque el poder son procedimientos que establecen unas determinadas relaciones.
Lo que plantea Foucault son tres tipos de poder político: el poder soberano, que se basa en la ley arbitraria que inventa el soberano y cuyos súbditos han de seguir en un determinado territorio. Se exige únicamente obediencia y el soberano puede matar a quién no lo hace. El soberano “deja vivir y hace morir”, por lo tanto, si la situación lo exige. Pero es el poder pastoral, el de los sacerdotes, el que se ocupa de la vida de los súbditos. Es lo que ocurre en la Europa medieval. En los siglos XV-XVI comienza a aparecer un estado administrativo, aunque será en los siglos XVII y XVIII cuando aparecerá lo que Foucault llama la gubernamentalidad, que es el campo estratégico de relaciones de poder del Estado como administración de la vida de los ciudadanos. El poder político lo que hace es interesarse por la vida de los ciudadanos, pero como seres vivos. Nacimientos, muertes, longevidad, salud, enfermedad, raza. Se introduce la economía política: gobernar como gobierno de los hombres en cuanto seres vivos. Seres vivos, y esto es importante, que circulan por las ciudades. El Estado y su gobierno surge de la confluencia del dispositivo policial (que se ocupa de la seguridad interna), la diplomacia-ejército que se ocupa de las relaciones con otros Estados, y el poder pastoral, que entra a formar parte de las funciones del gobierno. En el siglo XVIII entramos en lo que Foucault llama “la sociedad disciplinaria” y cuyo modelo es el que describe en su libro “Vigilar y castigar”. Se trata de disciplina los cuerpos para hacerlos productivos. “se les hace vivir, se les deja morir”. Hay un conjunto de micropoderes que lo garantizan: la familia, la escuela, el ejército, la prisión, el hospital… A la ley del poder soberano se le añade la norma. No se trata de una ley que se impone para obedecer sino de una norma que se impone para normalizar. Normalizar quiere decir ajustarse a lo que es normal y excluir lo anormal. En sentido amplio podríamos llamarlo biopolítica, pero Foucault se refiere a él como anatomopolítica: disciplinar los cuerpos en su anatomía. A finales del siglo XVIII es cuando aparece lo que en sentido más estricto llamamos “biopolítica”. Es una racionalidad gubernamental que está ligada a la sociedad liberal. No se ocupa de los cuerpos individuales sino del cuerpo orgánico de los que forman parte de la sociedad. Surge la noción de “población”.  Por supuesto que el proceso es complejo y desigual y que las nuevas formas de poder no sustituyen a las anteriores, sino que se superponen y adquieren la lógica fundamental.
 Es muy interesante ver como Foucault analiza (sobre todo en el curso de “Seguridad, territorio, población) el tema de las epidemias, ya que presenta tres ejemplos de tratamiento de las epidemias que están en relación con las tres formas de poder: soberano ( basado en la obediencia),  disciplinario y liberal ( basado en el dispositivo de seguridad). Presenta como ejemplos el tratamiento de la lepra (poder soberano, época medieval), el de la peste (disciplinario, inicios modernidad) y el de la viruela (liberal, siglo XVIIII).  El poder soberano lo que hace frente al fenómeno de la lepra es excluir, aislándolos a los afectados: a través de leyes que se imponen a costa de perder la vida si no se obedece la ley. Respecto a la peste lo que hace el poder disciplinario es cuadricular regiones a través de un sistema disciplinario sobre los cuerpos, de vigilancia y castigo al que no siga la ley. En el caso de la viruela lo que hace el dispositivo de seguridad de la sociedad liberal es elaborar estadísticas, hacer clasificaciones, porcentajes, calcular riesgos y sobre todo prevenir la enfermedad a través de la inoculación (algún tipo de vacuna). También hay, por supuesto leyes y un sistema disciplinario que obliga a cumplirlas. Foucault insiste mucho en que las medidas biopolíticas ( en sentido amplio las disciplinarias o de seguridad) tienen mucho que ver con la vida urbana y la circulación de los individuos por ella. Pero lo clave del dispositivo de seguridad es que no trata con individuos sino con población. Las estimaciones son siempre desde el conjunto.
 Con la pandemia actual nos encontramos con una situación totalmente nueva. Si hasta ahora, en los países liberales los dispositivos de seguridad en el tema de las epidemias partían del control social y la responsabilidad individual en estos momentos se restablecen mecanismos disciplinarios claros, en muchas de estas sociedades liberales. Para no diluir la cuestión hablaré del caso de España. El gobierno combina los dispositivos de seguridad con las medidas disciplinarias y el poder pastoral. El planteamiento básico es el del estudio, las estadísticas, los cálculos de riesgos y, por supuesto, la búsqueda de una vacuna. Pero, de manera insólita, se introducen medidas disciplinarias: se sanciona (según un margen que permite una cierta arbitrareidad a la policía) a quién no cumple la ley, que es una ley aplicada no a poblaciones sino a cada cuerpo individual que circula por el espacio urbano. Esto no aumenta el control social, como se ha dicho, sino las medidas disciplinarias de restricción de las libertades individuales. Otra cosa es que, en países como China, si han aumentado de manera importante las formas de control social (aparte de las disciplinarias, pero no es una sociedad liberal, es otra historia).  El aumento de las medidas disciplinarias hace a la sociedad más autoritaria (y no solo la policial, también el vecinal). Paralelamente el poder pastoral se manifiesta a través de los discursos de los políticos, los médicos, los psicólogos).
 No entro en la crítica de estas medidas. Pero hay que plantear resistencias a que las medidas disciplinarias vayan más lejos (en intensidad y en tiempo) de lo necesario; que no se cree un poder parapolicial vecinal; que sigamos lúcidos y con criterio para ir analizando lo que sucede; que nos dejemos que nos guíen paternalistamente las conductas. Contra todo ello debemos estar alerta.


BIOPOLÍTICA Y PANDEMIA

lunes, 13 de abril de 2020

MICHEL FOUCAULT: SEGURIDAD, TERRITORIO, POBLACIÓN


  


Escrito por Luis Roca Jusmet



El curso Seguridad, territorio, población lo dio Michel Foucault en el Collège de France entre enero y abril del año 1978 es imprescindible para entender la noción de biopolítica. Por la densidad de los contenidos del curso empezaré comentando las clases de enero.

 La perspectiva del curso, empieza señalando Foucault, es la del biopoder. Definición : es el conjunto de mecanismos por medio de los cuales aquello que, en la especie humana, constituye su parte fundamental, pasará a formar parte de una política, una estrategia política, una estrategia general de poder. Es decir, que a partir del siglo XVIII, la sociedad, las sociedades occidentales modernas, tomaron en cuenta el hecho biológico fundamental que la especie humana es una especie biológica.

 Antes de empezar el análisis el filósofo francés presentara una serie de planteamientos metodológicos. Se trata de un análisis de mecanismos de poder, no de una teoría general del poder. El poder no es un añadido a un tipo de relaciones ( por ejemplo, familiares o sexuales) sino un elemento constituyente. El análisis es filosófico, entendiendo por filosofia una política de la verdad.

Otra cuestión es que este discurso analítico no debe ser imperativo, en el sentido de decir está mal o está bien. Más bien lo que hace, o puede hacer, es plantear elecciones estratégicas en términos de fuerzas : si quiere luchar contra esto hay que señalar las líneas de fuerza por donde  avanzar y los obstáculos con los que uno puede encontrarse. Por último, hay que marcar la relación entre poder y verdad.

 El primer problema que plantea el curso el de la seguridad. La seguridad se contrapone a la disciplina. Los dispositivos disciplinarios los estudia en uno de sus libros más conocidos : "Vigilar y castigar". Se trata de la normalización disciplinaria a través del control minucioso de los cuerpos y las almas. hay un modelo a seguir y hay que domesticar a los humanos para que se parezcan al máximo a este ideal. la obediencia es la condición. Se trata de obligar a hacer unas cosas y de prohibir otras. La familia, la escuela, el ejército, la prisión siguen estos procedimientos disciplinarios. la norma es básica, es el carácter fundamental y primario de la disciplina. Se impone a partir del siglo XVII.

 Pero a partir del siglo XVIII se consolidan otros dispositivos ( sin sustituir a los anteriores). Son los de la seguridad, que son dispositivos para gestionar las series abiertas que solo pueden controlarse a través de probabilidades. Se trata de buscar la media, los límites, los porcentajes estadísiticos de normalidad. Se trata de regular y prevenir, además de intervenir. Más que una norma que se impone es una regla que regula. A partir del siglo XVIII el gobierno de las conductas se hace no solamente a partir de los dispositivos disciplinarios, también con los dispositivos de seguridad. 

 Pasamos de la ley del poder soberano, que deja vivir y hace morir cuando no se cumple. Es un gobierno sobre bienes y territorios más que sobre personas, que deben limitarse a cumplir porque es su vida la que está en juego. Luego viene la biopolítica, que es una hacer vivir de una determinada manera y un dejar vivir. la vida debe ser productiva. norma del poder disciplinario, poder sobre cada cuerpo y cada alama, que deben conformarse a un modelo. Es autoritario. Finalmente la regla que garantiza la seguridad, los límites donde las conductas pueden hacer. Es liberal, por que deja hacer. La libertad es necesaria para su funcionamiento. 

 En las sociedades contemporáneas hay que entender en que medida se combinan el poder de la ley, con el de la disciplina y el de la seguridad. En cada sociedad es un caso diferente donde predomina una sobre la otra. En las democracias liberales avanzadas está claro que es la seguridad la que predomina, pero sin olvidar la norma disciplinaria. Y la ley se plantea desde una soberanía que no es la del emperador, el monarca, el señor feudal sino el pueblo.

Las preguntas son ¿ Cómo gobernar ? ¿ cómo ser gobernado ? ¿ cómo gobernar a los otros ? A partir del siglo XVI aparece el problema del gobierno en diferentes ámbitos : el gobierno de uno mismo, que implica un retorno al estoicismo; el gobierno de las almas y de las conductas ; el gobierno de los niños, con la pedagogía; y el gobierno de los Estados. En cierta manera el gobierno de los Estados implica la introducción de la economía en la política : el problema de la gestión de los recursos. El gobierno implica un disponer de las cosas, no un tomarlas como hacía el soberano a partir de la ley que imponía. El arte de gobernar se consolida a partir del siglo XVIII. Hasta este momento estuvo muy atrapado en las estructuras burocráticas de la monarquía administrativa. La población pasa a ser el elemento central y dentro de ella la familia deja de ser el modelo para pasar a ser un dispositivo de control de la población, la forma básica de gobierno de las almas y las conductas.

¿ Qué es la gubernamentabilidad ? En primer lugar es el conjunto de procedimientos, estrategias, instituciones y análisis que permiten ejercer un control sobre la población. Está siempre ligada a la economía política y a los dispositivos de seguridad. En segundo lugar la tendencia que se inició en Occidente de priorizar el gobierno, es decir el control,sobre la soberanía y la disciplina. En tercer lugar el proceso de gubernamentalización de un Estado que se inicia en el judicial de la Edad Media y continúa en el administrativo de los siglos XVI y XVII hasta llegar al Estado moderno, que se configura en el siglo XVIII. Las bases de la gunbernamentabilidad  serán el poder pastoral, el policial y el diplomático-militar.

domingo, 12 de abril de 2020

NIKOLÁS ROSE : POLÍTICAS DE LA VIDA





Escrito por Luis Roca Jusmet

 El imprescindible libro de Nikolas Rose Políticas de la vida. Biomedicina, poder y subjetividad en el siglo XXI se publicó en inglés el año 2007 y solo hay una traducción argentina en español, de la editorial universitaria Unipe.
 De entrada nos plantea que los conceptos de política y de vida se definen históricamente y hay que ver el significado que tienen hoy en su relación con la biopolítica contemporánea. Por biopolítica entendemos, siguiendo las huellas de Foucault, la administración de la vida por parte del poder político. Se trata de un proceso, iniciado en el siglo XVIII, en el que el poder no se define por poder decidir la muerte de los súbditos, sino que administra la vida en nombre del bienestar de la población, de todos y de cada uno de sus miembros. Una primera etapa es la anatomopolítica del cuerpo humano a través de la disciplina y una segunda, la más específicamente llamada biopolítica, que consiste en el control y la regulación de las poblaciones. Las dos etapas, sin embargo, se mezclan. En parte están vinculadas a la expansión del Estado, pero también por el desarrollo de sectores no estatales : religiosos, filantrópicos, médicos... Biopolítica es, para Rose, el dispositivo de estrategias para ocuparse de la vida a través de la regulación de los nacimientos, de la salud y la enfermedad, de la vejez y de la mortalidad. Actuando directamente sobre los cuerpos e indirectamente sobre las poblaciones ( a través de estadísticas).
¿ Qué es la vida para la biopolítica contemporánea ? La vida nace como concepción con la biología moderna. Antes existían seres vivos, pero no "la vida". Aparece el cuerpo como el sistema de subsistemas, como una unidad orgánica. Cuerpo vivo incrustado en el cuerpo social. Pero a partir de 1930 el cuerpo se desplaza de la unidad orgánica a la molécula como unidad básica. El lenguaje de la biología pasa de ser mecánico o arquitectónico a ser lingüístico : gramática, sintaxis, semántica. A partir de 1950 aparece también relacionado con la teoría de la comunicación y la informática. Mensajes, programas, información, códigos, instrucciones. El gen se transforma, a lo largo del siglo XX, en la unidad del desarrollo y de la herencia. A partir de 1960 se reformuló en el marco de una metáfora informacional : "leer el libro de la vida". El gen ya era la unidad básica, pero desde entonces  se volvió más reticular. El gen no era el "gen de" sino que se enmarcaba en procesos de regulación, expresión y transcripción.Pero con el siglo XX acabó la era del gen: empezó el pensamiento complejo. Ello implica una problematización, una resistencia a reducir la vida a un solo factor, reapàreciendo una pregunta no resuelta sobre la diferencia entre lo vivo y lo no vivo.
  Aparece, dice el autor, una nueva clase de ciudadanía que nace en las sociedades liberales avanzadas en la era de la biomedicina, la biotecnología y la genómica: "los ciudadanos biológicos". Responde, dice Rose, a una forma de ciudadanía que rompe los moldes nacionales. Para el autor, ya en los proyectos de ciudadanía que se van tejiendo en la modernidad desde el siglo XVIII hay unas consideraciones biológicas de fondo que moldearon lo que significa ser ciudadano. Porque desde estos planteamientos se entiende a algunos ciudadanos como reales, a otros como potenciales, como problemáticos o como imposibles.
 Todo esto se manifiesta en la fuerte influencia de las creencias eugenésicas del siglo XIX y XX. Los proyectos de ciudadanía incluyen términos biológicos referidos al sexo, a la raza y a la demografía, por citar unos ejemplos. Hubo ciertamente una concepciones de ciudadanía vinculadas a la eugenesia y a la higiene y la pureza racional. Pero la ciudadanía biológica actual de las sociedades liberales avanzadas se mueven en otros términos.
 La ciudadanía biológica, es al mismo tiempo, individual y colectiva. Es individual en la medida en que se inscribe en el régimen del yo contemporáneo en la que el sujeto elige con al máxima información. Es la responsabilidad del individuo sobre su vida, sobre su cuerpo, a través de sus decisiones. Sujeto que es a la vez emprendedor y prudente, activo con respecto a su vida. pero es también colectivo, biosocializante, en la medida que crea comunidades que comparten un atributo biológico, por ejemplo una enfermedad. La ciudadanía biológica es una versión más general de la ciudadanía genética: un modo de entender las diferencias humanas, en especial las relacionadas con la salud, en términos de genética. La ciudadanía biológica ha adoptado, de todas maneras, formas diferentes según el contexto histórico que la configura. la noción de raza basada en los genes es muy diferente que la que parece en el siglo XVIII y XIX. ¿ Qué ocurre cuando es el yo es el que se encuentra sujeto a transformaciones por parte de la tecnología médica, cuando la cognición, la emoción, la volición, el estado de ánimo se abren a la intervención ?.
 Los seres humanos siempre se han trabajado a sí mismos, para mejorarse. esto no es nuevo, en cada época aparece de manera específica. Este trabajo tiene que ver, evidentemente, en la manera como los humanos nos vemos a nosotros mismos y cómo nos queremos ver. En la primera mitad del siglo XX y en las sociedades liberales avanzadas, los ciudadanos se veían a sí mismos desde una creencia psicologista : con un espacio interior profundo sobre el que trabajar.  Manifestación de ello fueron la proliferación de terapias, de tests psicológicos, de literatura psicológica. Es lo que se ha llamado el desarrollo progresivo de las técnicas "psi". Pero a partir de los años 60 va apareciendo otra tendencia, que es la de pasar de ciudadanos psicológicos a ciudadanos somáticos, es decir, biológicos. O dicho de otra manera, de un yo mental a un yo cerebral.
 Durante la segunda mitad del siglo XX los psiquiatras han trazado las bases neurológicas y neuroquímicas de la vida mental y sobre este mapa se ha constituido el nuevo yo, que no es un yo mental sino un yo cerebral y un yo cerebral quiere decir un yo neuroquímico. Los cerebros son órganos físicos con sustancias químicas y unas determinadas funciones. Existen drogas, como los psicofármacos, que pueden sustituir funciones cerebrales, estimularlas o inhibirlas. Hay sistemas modélicos experimentales para investigar : cerebros humanos, cultivos de células in vitro similares a las neuronas, cerebros animales... hay también técnicas de investigación : ensayos químicos de fluidos corporales, electroencefalogramas, técnicas de imágenes cerebrales. Hay diagnósticos sobre trastornos de estados de ánimo, emociones, cognición o voluntad que pueden ser tratadas farmacológicamente. El régimen de verdad es la experimentación. El espacio mental no es ahora una caja negra de la que no podemos saber nada, como decían los conductistas, es que sencillamente la mente es el cerebro. Mejor dicho : lo que llamamos mente es el conjunto de actividades y procesos que realiza el cerebro.Los trastornos funcionales son, finalmente, trastornos orgánicos.
 Pero existen los sujetos humanos y estos se definen cada vez más en función de su cerebro, no de su mente. La idea de mente se ve cada vez más como el último eslabón del alma perdida, algo que la ciencia acabará eliminando. Hay una nueva manera de ver lo que es la normalidad y la anormalidad humana y de cómo actuar para restablecer la primera.La empresas farmacéuticas cada vez invierten más en conocer este mapa del cerebro y de sus funciones y en la localización de los trastornos. A partir de la tercera edición del DSM ( Diccionario psiquiátrico mundial, la biblia de los psiquiatras) los trastornos se definen a partir de un conjunto de síntomas que pueden ser tratados farmacológicamente. Los trastornos mentales son trastornos cerebrales y los trastornos cerebrales son trastornos moleculares. La esperanza es generar un sistema clasificatorio de diagnóstico que se base en estados cerebrales moleculares.
 Pero todo este razonamiento científico y comercial debe conjugarse con el pensamiento neoliberal, que entiende que el sujeto debe y puede decidir lo que quiere, no está sometido a un destino biológico. Las investigaciones en epigenética plantean que ni tan solo la genética es determinista. Ya no se trata solamente de decidir que tratamiento recibir para un trastorno sino también de identificar susceptibilidades genéticas en individuos asintomáticos.
 Aquí los psicofármacos juegan un papel ambivalente. Sirvieron en su momento para que los considerados enfermos mentales abandonasen los hospitales psiquiátricos y pudieran vivir en comunidad. Cada vez más se entienden no en un sentido disciplinario normalizante, sino como una manera de ajustar la propia conducta para ser capaz de adaptarse a los circuitos cotidianos. De hecho cada vez se plantea que son los propios pacientes los que deben gestionar la administración farmacológica y estar informados sobre sus beneficios y efectos secundarios. 
  Pero a mediados de los años 90 se da un cambio importante en el pensamiento y la práctica psiquiátrica. Se trata de un estilo de razonar que considera que todos los trastornos mentales pasan por el cerebro y a su funcionamiento molecular, neuroquímico. Los elementos biográficos se tienen en cuenta pero entendiendo que sus efectos dependen de las características de cada cerebro. Se da un cambio en la consideración económica de los que padecen trastornos mentales. Si antes se les consideraba una carga social hoy se ve como una oportunidad para la inversión y el beneficio.Se teje aquí una gran alianza entre el gran capital farmacéutico, la salud pública y el reclamo para los accionistas privados. 
 Entramos en un estilo de razonar en el que considera que los trastornos vienen de un mal funcionamiento del cerebro y que la solución pasa por los psicofármacos. Es un ejemplo de lo que Deleuze llama el paso de las sociedades disicplinarias a las sociedades de control, que siempre juegan con la libertad de los sujetos. Es así como los sujetos se entienden a sí mismos como gestores de su salud mental a través de la conducción del propio cerebro. El ciudadano se siente obligado por su propia responsabilidad y la de sus descendientes, de monitorear, evaluar y administrar la propia vida biológica. 

MICHEL FOUCAULT : BIOPOLÍTICA Y NEOLIBERALISMO

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Luis Roca Jusmet

  Michel Foucault da en el Collège de France un curso a finales de 1978 y principios de 1979 que titula "El nacimiento de la biopolítica". Foucault hace el resumen prescriptivo del curso, pero no se conoce su desarrollo completo hasta que la editorial francesa Seuil/Gallimard no publica la transcripción de la grabación del curso el año 2004, editada por Michel Serrellart y dirigida por François Ewald y Alessandro Fontana. La traducción española, muy correcta, es de Horacio Pons y la publica la editorial Akal el año 2009.
Este curso viene a ser la continuación del anterior, que llamó "Seguridad, territorio, población". Como el mismo Foucault reconoce en el curso sobre biopolítica solamente habla prácticamente sobre neoliberalismo, que inicialmente había pensado como una introducción. La idea es entrar a fondo en la biopolítica en curso siguiente, que llamó "El gobierno de los vivos". Pero sólo lo hace inicialmente, ya que empieza a interesarse por el cristianismo antiguo y las filosofías helenístico-romanas. El tema ya no es la biopolítica sino las problemáticas de la verdad y el cuidado de sí,de los que hablará su último curso, dedicado al "Coraje de la verdad".
 El "Nacimiento de la biopolítica" presenta, de todas formas, problemáticas políticas muy interesantes. Hay una definición de la biopolítica como administración de la vida de una determinada población. Es una racionalización de la práctica gubernamental por el control de la vida de la población : salud, higiene, nacimiento, muerte, longvidad... El liberalismo es una gubernabilidad basado en lo mínimo, en la reducción del poder del Estado a partir de la simplificación y refinamiento de sus procedimientos. Hay un vínculo histórico entre liberalismo y biopolítica pero no se implican mutuamente. Se inicia la consideración nueva, a partir del empirismo inglés ( Locke, Hume) del sujeto de interés.) No hay soberano en la economía, esta es una cuestión importante. Y la base de la sociedad para el liberalismo es el Mercado. Hay una tensión entre el sujeto del interés ( que rige el Mercado y que nunca renuncia a su interés personal ) y el sujeto del derecho ( que es la base del contrato social y que implica una renuncia al interés personal por el propio beneficio

EL GOBIERNO DE LAS CONDUCTAS EN EL NEOLIBERALISMO


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Escrito por Luis Roca Jusmet

  Nikolas Rose es un psicólogo y sociólogo británico imprescindible para entender el mundo en el que vivimos. Pero es un desconocido en nuestro país. No hay un solo libro traducido : solo tres artículos fundamentales. Dos de ellos aparecen en los números 29 y 76 de la desgraciadamente desaparecida revista Archipiélago. Se llaman respectivamente "El gobierno de las sociedades liberales avanzadas : del liberalismo al neoliberalismo" y "terapia y poder : Techné y Ethos". El tercero se llama "Gubernamentalidad" y está escrito con juntamente con Pat O´Maley y Mariana Valverde. Aparece en el número 8 de la revista electrónica Astrolabio Nueva Época.
Circulan también por Internet entrevistas y algunos capítulos traducidos de algún libro suyo. Tenemos además un excelente complemento que es el libro de un buen filósofo español, que es Francisco Vázquez García. El libro se llama Tras la autoestima y el capítulo "Genealogía del sujeto y del gobierno." Como no domino el inglés este es el material que he recogido, leído y analizado con atención.
Empecemos por situar a Nikolas Rose en su contexto. Forma parte de un grupo de psicólogos británico críticos, de formación marxista. Buscan en la noción de ideología de Althusser, en la de hegemonía de Gramsci y en los estudios del sociólogo Stuart Hall las referencias teóricas para sus estudios, aunque pronto se encuentran con sus limitaciones. El año 1977 inician la publicación de una revista que se llama Ideología y conciencia. , sus propias investigaciones, ya distanciados de la perspectiva marxista. Algunos, como Ian Parker, encontraran su referencia en Lacan. Otros, como Rose, en Foucault. Se les llamará a partir de entonces los anglofoucaultianos. Inicialmente parten de los textos sobre Arqueología del saber y El orden del discurso. Se interesan por la idea de discurso y la manera como éste delimita los modos de ver y de pensar. Más tarde continuarán con El nacimiento de la clínica, donde abordarán lo que son las practicas en relación con el discurso. En un tercer momento trabajarán el tema del poder, tanto en el análisis más microsocial que aparece en Vigilar y castigar como el macrosocial de Defender la sociedad. Finalmente tendrán acceso a las traducciones de sus últimos seminarios : Seguridad, territorio, población; El nacimiento de la biopolítica; Del gobierno de los vivos; Del gobierno de sí y de los otros. El gobierno es la actividad que se encarga de conducir a los individuos bajo la autoridad de un director responsable de lo que hacen y de lo que les sucede. Son técnicas y procedimientos para dirigir la conducta humana.
Rose parte de una serie de planteamientos básicos. La primera es que el ser humano no tiene una naturaleza sino que se construye histórica y culturalmente. Su ontología es histórica. En Occidente el ser humano se construye alrededor de la idea de un yo como entidad con vida interior ( a la que ha llamado psyque, alma, espíritu, mente ), al que se considera encerrado en los límites del propio cuerpo. Es el agente voluntario de sus acciones : es intencional y responsable de sus actos. Esta es la base de la moral, la legalidad y la política occidental. Los humanos se consideran así seres psicológicos con una identidad y una autenticidad. Hay una serie de prácticas y de técnicas a partir de las cuales se entienden las personas y se actúa sobre ellas.
La historia del yo que quiere elaborar Nikolas Rose sobre la base del horizonte abierto por Michel Foucualt es el de un genealogía de la subjetividad entendida bajo los presupuestos anteriores.

sábado, 11 de abril de 2020

GOBERNAR LA CONDUCTA MANIPULANDO EL CEREBRO

 

Escrito por Luis Roca Jusmet

Este texto es el resumen del visionado por vídeo de la conferencia de Nikolas Rose el año 2011 en la Universidad Pedagógica de Buenos Aires. Escrito por Luis Roca Jusmet
 La pregunta que se hace Rose es ¿ qué clase de seres humanos pensamos que somos ? ¿ Como se gobierna la conducta en función de esto ?
 Rose considera que la característica de nuestra época es el dominio de las neurociencias. Pero hay que contextualizarlo en la dinámica de la biopolítica. La biopolítica es un fenómeno moderno de gobierno que consiste en que la vida ha ingresado en la política. Se trata de gestionar la vitalidad. Biopolítica es biopoder. Se trata de una maximilización del bienestar. Lo hace a través de la somatocracia: la salud se convierte en una obligación política y económica. Desde finales del siglo XIX los gobiernos se hacen cargo de la salud de la población. Inicialmente la cuestión se plantea en términos físicos, cuya preocupación central es la degeneración de la raza. A partir del siglo XX la preocupación es la de la salud mental. Se trata de gestionar la salud mental en todos los ámbitos cotidianos :familia, trabajo, educación, ocio. Se inicia el dominio de las disciplinas psi ( psicología, psiquiatría, psicoanálisis...). los seres humanos se convierten en sujetos psicológicos, cuyos estados pueden ser regulados. También hay que preocuparse de la salud mental de los carceleros, los trabajadores sociales, los policías...

 El cerebro se va convirtiendo en el actor más potente. La mente surge del cerebro. El cerebro humano es adaptativo y cualquier incapacidad de hacerlo es una anomalía que hay que corregir. Pero no sólo esto, sino que hay también un ideal de optimización por el conocimiento del cerebro.
 En el siglo XXI la salud se va desvinculando del Estado para ocupar el Mercado. La biopolítica se convierte en un negocio, en bioeconomía. Pero pasa sobre todo por la prevención. Se efectúa en cinco ejes : 1) La escala molecular; 2) la optimización; 3) la subjetivización; 4) los expertos ; la generación de verdades.  La verdad pasa por el registro molecular, la plasticidad del cerebro y las imágenes cerebrales.  El cuerpo no se muestra como un conjunto de sistemas sino a través de estructuras moleculares.La vida es un gran mecanismo, o mejor un conjunto de mecanismos moleculares con propiedades químicas y eléctricas. Está por tanto abierto a la ingeniería, a la bioingeniería. El control biológico aparece como algo sin límites porque las restricciones son únicamente éticas.