Escrito por Luis Roca Jusmet
Reseña de
La
psicología como ideología. Contra la disciplina
Ian Parker
( Traducción de Ángel Gordo)
Madrid : Los libros de la Catarata, 2010
Este es un libro imprescindible para la
psicología crítica, es decir, para la psicología que es capaz de cuestionar el
paradigma de la psicología académica y su función social. Su título original es
Revolución en psicología. El cambio
de título en la traducción siempre es cuestionable, pero aquí
lo que me parece que
sobra es el subtitulo : Contra la disciplina. Sobre todo porque me parece que
la función esencial de la psicología tiene a ver con las sociedades del control
más que con las sociedades disciplinarias. El poder psiquiátrico era el que a
través del encierro asumía un papel
clave en la sociedad disciplinaria. Pero me parece que es hoy el
psicólogo, sobre todo a través de la terapia cognitivo-conductual el que se
dedica al control, mucho más indirecto y sutil pero por esto mismo más
efectivo. Sobre todo porque tomos somos clientes potenciales del psicólogo, que
nos marcará la norma a partir de un ideal de persona. El lúcido, riguroso y
comprometido Ian Parker lo ha señalado en otro escrito.
Ian Parker (1956) es marxista radical,
catedrático de psicología en la Universidad Metropolitana de Manchester y
director de la Revista anual de psicología crítica. Su libro repasa todos los
puntos fundamentales en los que se fundamenta la psicología como ideología y
cuestiona el papel que cubre cada vez más en la sociedad. Sociedad en la que,
como bien nos muestra la socióloga Eva Illouz, cada vez domina más la hegemonía
del discurso psicologista. El cuestionamiento de la psicología como ciencia
viene ya de Georges Canhelheim, maestro de Michel Foucault, que la
caracterizaba como una pseudociencia. Parker se esfuerza por buscar la
construcción de una psicología revolucionaria, como señala el título original.
¿ Que quiere decir exactamente este término ? Creo que Parker no nos da, ni
puede hacerlo, la respuesta. Pero sí señalar la necesidad de una psicología
que desmonte la ideología del control
social del neoliberalismo, que ella misma como disciplina ha contribuido a
montar. Una psicología que ha de estar complementada por la sociología. No en
el sentido de la psicología social académica que el mismo Parker denuncia como
particularmente penosa. De todas formas me gustaría añadir que hay un tipo de
psicología social, representada por Jean-León
Beauvois, que es absolutamente crítica y certera. Quizás Parker no la
conoce porque se mueve fuera del ámbito anglosajón
En todo caso el cuestionamiento de la
psicología oficial le lleva a diversas propuestas, no a la simple crítica. Este
elemento constructivo es crucial en él. Por una parte a romper dicotomías :
teoría/práctica; investigación/acción,; individual/social. Aparece entonces un
psicólogo comprometido con su sociedad, plenamente ligado a la sociología y con
una apuesta política. Porque la psicología es necesariamente política, en la
medida que se inscribe en unas relaciones de poder, que justifica o denuncia.
No se trata de una psicología marxista, que siempre ha dado resultados
dogmáticos sino de una psicología crítica que tiene entre sus fuentes de
inspiración a Marx. Y a Trostsky, al que cita abundantemente como
contraposición al estalinismo.
Hay varias alusiones al feminismo como
condicionante importante de esta psicología comprometida socialmente. Elogio
que no evita la crítica cuando el feminismo se convierte en una ideología. De
todas maneras me parece que en este texto Parker no acaba de salir de la idea
de la familia patriarcal como elemento básico de la sociedad capitalista. Más
bien me parece que es más lúcido análisis como el de Žižek cuando afirman que
el patriarcado está en proceso de descomposición y que el capitalismo le
sobrevive sin problemas. Quizás porque la familia patriarcal se corresponde más
con la sociedad disciplinaria que con la de control que estamos padeciendo con
el neoliberalismo. Aquí sería interesante complementar a Parker no solo con Žižek
sino con los trabajos de otro británico, el sociólogo Nikolas Rose.
Otro aspecto es su doble crítica a una
psicología individualista y a la comunitarista, que siempre idealiza la
comunidad y no acepta la heterogeneidad interna, es decir, la disidencia.
Hay algunas alusiones críticas al
psicoanálisis, al que en este libro parece considerar una expresión de la
sociedad moderna capitalista atada a ella. Pero he de decir que en escritos
posteriores podemos comprobar como Ian Parker descubre en el psicoanálisis
lacaniano un instrumento teórico y práctico muy lúcido y subversivo,
perfectamente compatible con Marx. Aquí si hay un elemento común y
complementario con Žižek y no con los frustrados intentos del freudomarxismo de
Wilheim Reich o de Heber Marcuse.
En contra de la
psicologización de la política nos propone la politización de la psicología. En
contra de los sistemas clasificatorios tipo DSM, la descontrucción de la
psicopatología. En contra de la medicalización y normalización del malestar
dejar vía a su expresión transformadora. En contra de una psicologia
positivista construyamos una psicología en diálogo con las ciencias sociales y
la filosofía. En contra de la ideología, el pensar crítico.
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