lunes, 13 de enero de 2014

LAS TECNOLOGÍAS DEL YO




 Luis Roca Jusmet

En los últimos años de su vida uno de los temas centrales de Michel Foucault es el del "cuidado de uno mismo". El término francés es el de souci de soi. Epimelesthai sautou sería el significante griego originario. El término puede traducirse de varias maneras en español : inquietud de sí, preocupación de sí, cuidado de sí. Aunque normalmente se traduce por inquietud de sí no me parece una opción adecuada. No me lo parece porque a lo que se refiere Foucault es a una actitud que se traduce en unos ejercicios y unas prácticas. No es "preocuparse", es "ocuparse". Pero tampoco es una inquietud. La palabra inquietud en el sentido que le damos actualmente tiene que ver con desasosiego. Y justamente el sentido de Foucault es el contrario.
Hay un primer texto que se refiere al cuidado de uno mismo que es el de la transcripción de seis seminarios que dió el filósofo francés en la Universidad de Vermont ( Canadá) en otoño de 1982. El año 1988 fueron publicados por la editorial de la Universidad de Massachussets.
El texto comeinza planteando que las prohibiciones sexuales ( tema del que se ha ocupado últimamante Foucault) están relacionadas con el tema de la verdad, el decir la verdad sobre uno mismo. La prohibición  conlleva la confesión y, por lo tanto, el imperativo de hablar. El sujeto debe descifrarse a sí mismo: el ascetismo conlleva la verdad.
Esta reflexión conduce a Foucault a preguntarse sobre las tecnologías del yo en la época del helenismo, en Roma y en los primeros años del cristianismo. Estas prácticas, plantea, no son bien conociadas porque se confunden con las teologías del alma. Foucault delimita que las tecnologías del yo coexisten con otras tecnologías : las de producción, las discursivas y las del poder. Foucault señala que ha estudiado fundamentalmente las tecnologías del poder y la dominación. En este momento está interesado por historia de como el individuo actúa sobre sí mismo, sobre la interacción entre él y los demás a partir de esta relación consigo mismo.
Foucault señala dos momentos diferentes : el grecorromano ( siglos I y II) y el cristiano, en sus principios monásticos ( II-V). En Grecia este cuidado de sí  se relacionaba con el conocimiento de uno mismo ( gnothi sauton). El cristianismo continuó tanto el interés por el principio délfico del autoconocimiento como por las prácticas del cuidado de sí. Pero estas prácticas se transforman en el cristianismo en un intento de superar el yo. El ocuparse de uno mismo parece como algo inmoral. Esto se mantendrá hasta el siglo XVI, donde vuelve a aparecer el interés y el valor del ocuparse de uno mismo, pero sobre todo del conocimiento de uno mismo. Pero se ha invertido el sentido. El conocimiento de uno mismo se convierte en prioritario, mientras que en la antigüedad era secundario.
El cuidado de uno mismo aparece por primera vez en el diálogo platónico Albicíades, muy elogiado por los neoplatónicos. Aquí el cuidado de sí está vinculado a la acción política, por un lado, y a la erótica, por otro. Pero significa en todo momento el domino del cuerpo por el alma. Pero durante el helenismo el cuidado de uno mismo parece de manera diferente. Adquiere un sentido universal, es una llamada a cualquiera. Se sustituye el modelo pedagógico, orientado a los elegidos, por el modelo médico. Uno debe cuidarse, convertirse en médico de sí mismo.También el cuerpo ocupa un lugar fundamental. Se definen prácticas como la escritura, la meditación y el examen de conciencia del final del día. Pero relacionado con lo que hacemos, no con lo que pensamos o sentimos. Esta será la gran diferencia con la confesión cristiana. Pero lo fundamental es que el cuidado de sí se convierte en el objetivo, adquiere un sentido por sí mismo.
¿ Qué es el examen de uno mismo ? Para los pitagóricos es una purificación.Para el helenismo sirve para actuar mejor, para corregir la conducta futura. El cristianismo se ocupará de las malas intenciones como base para el pecado. Para el helenismo, como por ejemplo los estoicos, es un arte de vida. Vigilar las representaciones, dice Epicteto, y en esto será un antecedente de Freud. Pero no para descifrar ninguna verdad interna sino para controlar nuestras actitudes y conductas a partir de las representaciones.
En el cristianismo las teconologías del yo están orientadas a la revelación y a la renuncia del yo. Aparece el director de conciencias : hay que contárselo todo y obedecerle en todo. Es la verbalización dramática de la confesión. A partir del siglo XVIII se vuelve a plantear la verbalización no como una técnica para renunciar al yo, sino para construirlo. Hay tres modelo del examen del sí mismo : el de los pensamientos para ver si se corresponden o no a la realidad ( Descartes); el de los pensamientos para ver si se adaptan a las reglas del buen vivir ( estoicismo) ;y el cristiano, que es el desciframientos de los pensamientos ocultos para manifestar la impureza interior.


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